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Esta es la Voluntad Presente de Dios:"Unifiquense todas las iglesias en una sola y única" |
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ANÁLISIS Y
REFUTACIÓN DE LAS 67 TESIS DE ULRICO ZWINGLIO
SÉPTIMA PARTE
LA DOCTRINA DEL ANTICRISTO
¿Qué es
el Evangelio? ¿Es la palabra de un hombre que se decide a moralizar por propia
cuenta y riesgo y en su propio nombre sobre la conducta moral de los demás
hombres? ¿Fue Jesucristo una nueva especie de Sócrates?
Las
preguntas de esta especie podrían almacenarse en nuestra mente. De hecho todas
las respuestas que se buscaron y se hallaron fuera de la Doctrina de la
Iglesia Católica Apostólica Romana se dieron a título particular, porque
tomaron al Héroe del Evangelio por un santo más, un hijo de Dios como otro
cualquiera, o un sabio como tantos otros con un mensaje particular y una visión
muy concreta de lo que es el hombre.
En los
casos más psicodélicos lo vieron como un mago, una especie de curandero, un
brujo y hasta un siervo de Satanás. El Espíritu Santo cortó de raíz esas
visiones que convertían a Jesucristo a sus intereses y pensamientos, olvidando,
unos por necedad y otros por estupidez, que no es Dios quien debe servir al
Hombre sino el Hombre quien es llamado a servir a Dios.
Cuando
el autor de estas 67 Tesis escribe:
48. Si alguien por debilidad o
ignorancia se siente escandalizado, no se le debe dejar en su debilidad o
ignorancia, sino que es preciso fortalecerle, a fin de que no considere pecado
lo que no es pecado.
Escribiendo
esto el autor, el suizo Zwinglio, olvida que está hablando porque existe
Jesucristo y al hablar de esta forma se está refiriendo al Evangelio,
reduciendo a ambos a la categoría de simples productos de la realidad humana.
El
Evangelio no es un producto humano, ni Jesucristo fue, ni es ni será una
producción del hombre. Jesucristo no fue un santón, ni un mago, ni un sabio al
estilo de los hombres. El Evangelio de Jesucristo no es un Diálogo platónico,
ni un tratado filosófico. Y quien olvida esto cae en el abismo en el que
cayeron los Reformadores; abismo de necedad, ignorancia y estupidez en el que
estas tesis se hundieron y arrastraron con él a los analfabetos, brutos y en
potencia, fratricidas en los que esa potencia se hizo acto, como bien la
Historia de los siglos XVI y XVII demuestran y ponen en evidencia.
El
Evangelio tiene su Origen en la Boca de Dios Padre. Jesucristo, su Hijo, no
paraba de decirlo, su Padre lo había enviado para darnos a conocer la Doctrina
de su Padre, que Él había escuchado de su Boca y había guardado en su Ser
durante los años de su vida en la Tierra.
El
Evangelio no es invento del pensamiento del propio Jesucristo. EL Evangelio no
es un compendio mortal revolucionario que rompe con la moral veterotestamentaria. Dios le da un Cuerpo a su Doctrina, la
hace Hombre. Cristo Jesús es esa Doctrina hecha Hombre, que habla con palabras
de Hombre para que todos los hombres la escuchen.
“El
Verbo se ha hecho carne, y el Verbo es la Palabra de Dios”.
Jesucristo
es el Templo Vivo en el que la Palabra de Dios vivió desde que le enviara a
nuestro Mundo para darnos a conocer la Doctrina de la Vida Eterna. Y antes de
irse el Hijo le edificó a la Palabra de su Padre un Cuerpo Vivo en el que esa
Doctrina vivirá para siempre por la Eternidad: es la Iglesia Católica, su
Cuerpo, su Esposa, cuya Doctrina será el Evangelio de Dios aquí en la Tierra y
en la eternidad en el Cielo.
Diciendo
lo que el Suizo dijo arriba, el autor rompe con Dios y con su Hijo, reduce la
Doctrina Divina a mera doctrina de hombres y desde esa posición se alza como
superior al propio Jesucristo, a quien quita de en medio para ponerse él.
La
Doctrina de Dios Padre es la Doctrina de su Hijo: la Doctrina de Padre e Hijo
es la Doctrina que vive en la Iglesia, entre los hombres aquí en la Tierra, y
entre los hijos de Dios en el Mundo del que bajó Jesucristo, Rey y Señor sobre
todos los pueblos de la Creación de Dios.
Como
hombre, sin invocar al Espíritu de Dios, y hablando para hombres sobre la
conducta moral, las palabras del Suizo ni quitan ni añaden absolutamente nada
al Evangelio, es el sonido de un perro flauta que busca fama y a través de la
fama Poder para hacer lo que de siempre han hecho los poderosos, vivir a costa
del sudor de los demás. ¡Nada que objetar! Cada cual, dentro de la Ley Natural,
es libre para, sin salirse de la conducta cristiana entre cuyos principios se
dice vivir, aspirar a ser más perfecto. El Problema surge cuando se pretende
apartar la Doctrina de la Eternidad, dada por Dios para todos los pueblos de su
Reino y sus hijos, y sentar cátedra desde el Trono del Hijo de Dios, que es lo
que hace en Suizo en estas Tesis, para su Mal y el Mal de quienes le siguieron.
Lo que
es Pecado y lo que no es Pecado está Legislado en el Evangelio. Cualquiera que
pretende añadirle a sus Principios Divinos sus propios axiomas morales se
rebela contra el Supremo Legislador del Universo, cuya Ley tiene su Origen
en el Amor por su Creación.
Extraña
forma fue la de los Reformadores de ser la Manifestación Viva de ese Amor del
Creador …. llamando a la destrucción criminal de todos los Católicos. Por este
Delito tendrán que responder ante el Tribunal del Hijo de Dios.
De las
Guerras que proclamaron contra sus hermanos de Europa aquéllos Reformadores y
príncipes que se declararon cabezas de las iglesias nacionales, y desde ese
status de divinidades entre hombres se alzaron contra la Esposa de Cristo,
ellos y sus pueblos tendrán que rendir cuantas delante de un tribunal en cuya
Ley el “NO comas, que el día que comieres, morirás”, es Ley Sagrada. Porque aquéllos
orgullosos hijos de bárbaros aun conociendo que el Hijo de Dios prefirió morir
a matar, no siguieron Su ejemplo; prefirieron seguir el ejemplo de Caín, ser
discípulo de Satanás y matar a su propio hermano.
Nosotros
sabemos que Dios es Amor, y Dios vive en Jesucristo. Y no hay en este mundo ni
la habrá en el mundo eterno quien nos aparte de su Doctrina de Fraternidad sin
límites entre todos los pueblos de la Creación. Y cualquiera que siembre en el
Reino de Dios la Semilla del Odio a su prójimo es Enemigo de Dios y de su
Creación.
Somos
Creación de Dios, hijos del Barro, que por su Infinito Poder ha levantado ÉL
hasta hacernos partícipes de su Naturaleza Eterna, y por su Amor de Padre
Creador somos sostenidos en la Eternidad de su Paraíso. Y cualquiera que
levante el hacha de guerra contra su prójimo es reo de Juicio.
Así
pues, siguiendo con su Complejo patológico de Superioridad Moral, no sobre
los hombres, sino sobre el propio Dios Hijo Unigénito, Creador y Padre Muestro,
Jesucristo, el Suizo siguió escribiendo:
54. Cristo ha soportado todos nuestros
dolores y padecimientos. Quien atribuya a los actos de penitencia lo que sólo
es de Cristo yerra y ofende a Dios.
En
donde vemos que uno que no reconocía al Todopoderoso Hijo Unigénito del Creador
del Cosmos y Señor de la Eternidad, YAVÉ DIOS, como Verbo de Dios, su DOCTRINA
HECHA CARNE, anula con su Demencia Maligna la Palabra de ese Hijo : “Vete y no
peques más”.
Al
contrario, siguiendo un Reformador a otro, queda abolida la Penitencia y en su
lugar se alza la Nueva Ley: “Peca, peca, peca, hasta que te salga por los ojos
el pecado, pues por la Fe todas tus inmundicias son absueltas por el Poder de
la Sangre de del Cordero de Dios”.
Y esta
inmunda doctrina satánica se levanta como Reforma contra la Sabiduría del
Espíritu Santo que llama a todos a Resurrección por la Gracia del Bautismo
operada en el Alma y Ser de todos los hombres.
La
Doctrina es firme. La Penitencia es el Acto de la Voluntad por el que la caída
en la Ofensa a Dios, a sus hijos y a los hombres queda desterrada del alma.
Nacida en esta Doctrina, la Iglesia Amada de su Señor absuelve del Pecado, y le
abre por la Penitencia la Puerta de quien gustando lo bueno que es su Salvador,
y el Amor que sobre su corazón en cuanto Dios Hijo reposa, se vuelve con
todas sus fuerzas para corregir sus pasos y seguir tras las huellas de quienes
desbrozaron el campo y abrieron el Camino al Paraíso.
Olvidando
esta Doctrina, pero conociendo a los brutos de los Alpes, el Suizo se atrevió a
hablar de Penitencia anulando la Doctrina del Espíritu Santo, y siguiendo el
ejemplo de sus hermanos de armas en la Siembra Maligna de la Guerra Fratricida
Internacional Europea, la de los 30 Años, quienes por “la Fe sola” se abrían a
todos los delitos, delitos a imputar a la Sangre de Cristo, este Zwinglio abolía
la Necesidad de la Penitencia como acto personal de superación de la debilidad
: en la Promesa de resistir la Tentación y no rendirse jamás ante el Pecado.
Dice el
siervo del Sembrador Maligno que la fuerza del Cristiano no vale para nada, que
seguir la Doctrina del “Vete y no peques más” no fue una institución Divina. Al
contrario, la Gloria de la Sangre de Cristo se manifiesta, según aquellos siervos
del Maligno, en volver a pecar, y pecar y pecar, sin Temor ninguno al Juicio de
Dios, porque la Sangre de Cristo le perdona al Bautizado todos los crímenes a
cometer después del Bautismo.
Jesucristo
dijo “Vete y no peques más”. Los Reformadores dijeron: NO seáis idiotas, ese
Judío fue un chalado, iros y volved a pecar, cuanto más, mejor. Porque
mientras más pequéis más se manifiesta la grandeza del Poder de la redención”.
Así
hasta Adolfo Hitler.
Quien
peca y no hace Penitencia, es decir, no pone delante de Dios firme propósito de
voluntad de no volver a caer en el abismo que lo condujo a la Confesión, se
expone al Juicio por Rebelión contra la Doctrina del Evangelio.
A
saber: el Bautismo es una Resurrección a una Vida Nueva que engendra en la Creación
un Hombre Nuevo en el que el Pecado, (la Ofensa a Dios, a los hijos de Dios y a
los hombres) queda desterrada por la eternidad. El que Resucita por la Fe muere
para el Pecado, hace de la palabra de su Dios, “Vete y no peques más” su Ley, y
tiene por Ley su Palabra: “NO comas, el día que comas, morirás”.
Así
pues, quienes habiendo sido Resucitados a la Vida Eterna creen que la Fe los
inmuniza contra el Fruto del Árbol Maldito, que es el Odio, puerta al
Fratricidio y la Guerra, se une a Satanás.
A quienes
os dejasteis seducir por la Doctrina del Anticristo, quiera Dios cogeros
confesados y superada la Penitencia con Victoria en el Día del Juicio, porque
de otro modo se os juzgará conforme al Tentador Maligno, a quien os
entregasteis en este mundo a cambio de fama y gloria.
Los que
tenéis inteligencia, juzgad si hay alguna en la siguiente tesis:
62. La Sagrada Escritura tampoco
reconoce otros sacerdotes fuera de aquellos que predican el Evangelio.
¿Qué
está diciendo? ¿Qué el sacerdocio no es una Obra de Dios Padre e Hijo? ¿Qué el
Sacerdocio de Jesucristo no fue Elección Santísima de Dios? ¿Que el Evangelio
no es otra cosa que una Moral Humana y en consecuencia puede cualquiera hacerla
suya y desarrollarla acorde a su entendimiento y tiempo?
¿Entonces
el más perverso y maligno puede predicar lo que lee y por esa predicación ser
llamado Sacerdote a la Imagen y Semejanza de Cristo?
¿Quiere
decir que no fue Instaurado un Nuevo Templo tras la Destrucción del Antiguo y
que cada cual puede erigir el suyo? Y que, ergo: ¿la Iglesia no fue Obra de
Dios Padre, y no habiéndolo sido cualquiera puede crear su propia iglesia una
vez que Jesucristo hizo lo propio?
¿Acaso
no anunció Dios antes de que sucediera la Obra Maravillosa que iba a realizar,
tal que si se la contase a quienes no la conocieron no podrían creerse la Obra
que iba a hacer?
¿Qué
parte de la Fundación del Cristianismo desde la Encarnación a la Resurrección
no entra dentro de aquella Obra Maravillosa de la que la Iglesia Católica ha
sido Testigo desde el Principio a nuestros días y seguirá siéndolo por la
Eternidad? ¿Rechaza el Reformador la Encarnación, la Necesidad de la Elección
del Hijo de sus Entrañas Increadas para realizar esa Obra Maravillosa que
siendo ese Hijo “Dios Verdadero de Dios Verdadero” le tocaba a Él en persona
realizarla en Unión con su Padre?
Levanta
Dios el Modelo del Nuevo Sacerdocio, a Cristo Jesús, ¿y el Reformador rechaza
este Modelo Divino?
¿No
fueron elegidos uno por uno todos los Predicadores del Evangelio por Dios en Persona?
¿Rechaza el Reformador la Necesidad de la Elección Divina para el Sacerdocio a
la Imagen y Semejanza de Cristo Jesús, el Sumo Pontífice del Nuevo Templo para
la Adoración de Dios Padre?
Luego
¿Dios fue un Idiota absoluto, porque habiendo podido dejar la predicación en
las manos de cualquiera, alienando de su Obra su Amor de Padre, entregó su
Hijo a los lobos?
Las
consecuencias de esta tesis eran inmundas, y su malignidad se desplegó sobre
los campos europeos haciendo diluviar sobre sus pueblos una guerra mundial
abominable, por la que tendrán que responder todos los príncipes y los
Reformadores delante del Tribunal Final del Todopoderoso Hijo de Dios.
Pero,
el Reformador no era un Idiota, aunque afirma serlo Dios cuando escribe:
63. Acerca de estos últimos ordena que
se les honre, o sea, que se les proporcione lo necesario para su sustento.
Como
predicador de la Reforma, no del Evangelio, el Suizo quería vivir del sudor
ajeno. Y vivir como se merecía un Divino Predicador de la Reforma
protestante. Y como se vio, y sabemos que cualquiera podía declararse “divino
predicador del nuevo evangelio del odio contra el hermano católico”, Caín vino
a ser el Maestro a seguir, el Modelo del Nuevo Sacerdocio Protestante.
En
fin, el Infierno acepta en su reino a todos los predicadores de las
maravillas de la Guerra; mientras más veneno en sus bocas, más grandes y
gloriosos.
Así que
desplegando el Infierno la bondad de su veneno, regresa el Reformador a tirar
en el barro la Doctrina de Dios, Padre e Hijo, reduciéndola a una
simple filosofía moral, diciendo:
64. A todos cuantos reconozcan sus
errores no hay que castigarles, sino dejarlos que vivan y mueran en paz, y por
lo que respecta a los ingresos que como sacerdotes venían disfrutando, mírese
esta cuestión con cristiana caridad.
Como
buen Suizo, para quien el Oro era la Madre del Cordero de la Reforma, al
sacerdote católico, si se reciclaba y dejaba de ser basura a la imagen y
semejanza de Cristo, no había necesidad de matarlo, bastaba con dejarle que se
muriera en paz, y una vez expulsado de su Oficio tampoco había que dejarle
morirse como a perro abandonado en la calle, como buenos cristianos
practicantes de la nueva caridad reformada, a ese hereje confeso bastaría con
echarle el pan duro que les sobraría a los “nuevos predicadores divinos”,
“cuestión de caridad cristiana”.
Al que
no se reciclase, como lo contrario del Anticristo es Cristo, y de la Vida es la
Muerte: la tumba es lo que le convenía.
No
debía olvidar el predicador del Evangelio del Odio que es Dios, según su
Doctrina Maligna, quien desde la Eternidad decreta la muerte y la vida de
todos, y siendo Él el único Culpable de la Muerte de todos, a ÉL y sólo a ÉL se
le debe imputar el Crimen contra los Católicos, de manera que el que muere lo
hace porque ésa es su parte en el Teatro de la Salvación, y quien mata no
comete crimen sino que se revela en él la mano de Dios para la gloria de sus
siervos cainitas.
Así
que:
65. Por lo que atañe a aquellos que no
reconozcan sus errores, ya Dios los juzgará conforme a su justicia divina. En
consecuencia, no deben aplicárseles castigos corporales, a no ser que se comporten
tan desconsideradamente que no haya modo de tratarlos de otra forma.
A
medida que el Lobo se va acercando al término de su “predicación” se va
quitando la pelliza de oveja y comienza a soltar por su Boca el Veneno de la
Serpiente que condujo al Género Humano a la Ruina con aquellas palabras
malditas: “NO, no, que seréis como los dioses, conocedores de la ciencia del
bien y del mal”. Traduciendo. El que no hace la Guerra no puede sentirse como
un dios. Es en la Guerra y por la Guerra donde el hombre es elevado a la
condición de los dioses.
Innecesario
decir que Jesucristo, rechazando ese Fruto Maldito, dejó de ser “un dios”,
estado eterno que los Reformadores alcanzaron gracias a su Guerra de Odio a
Muerte contra los Católicos.
Y
obviando esta Realidad dice el predicador del Infierno que Dios juzgará a
quienes se resistieron a comer de aquella fruta maldita y en lugar de
proclamarse Rey se dejó conducir al Matadero del Calvario y de los Circos
Romanos. El Reformador aplaude a Caín y escupe sobre el cadáver de Abel.
Satanás era su Maestro.
En fin,
no bastándole quitar sacerdocio y empujar a Cristo fuera de su camino, se
levanta como profeta también:
66.- Ahora ya han de humillarse todos
los jerarcas eclesiásticos y levantar la cruz de Cristo en lugar de alzar el
arca del dinero. Si así no lo hacen, se hundirán; porque el hacha ya está
puesta junto a las raíces del árbol.
En
efecto, la Declaración de Guerra contra el Sacerdocio a la Imagen y Semejanza
de Cristo Jesús ya había sido firmada por Alemania y los países de su
órbita. Ahora le tocaba ser firmada por Suiza y Francia. La Guerra era
inevitable. El hacha ya había sido alzada para destruir el Árbol de la Vida de
la Iglesia Católica. El Reino Unido, Alemania y los Países Bajos, los Países
Escandinavos y Centroeuropeos, todos unidos, con Suiza y Francia, contra el
Sacerdocio a la Imagen y Semejanza de Cristo; ni Dios podría impedir que la
Liga de las Naciones Protestantes en una Guerra de Treinta Años echase abajo lo
que a ÉL le costó dieciséis largos siglos levantar.
Tanto
trabajo para nada. Tantos mártires ¿para qué?
Ellos,
el Cuerpo del Anticristo, cuya Cabeza era Satanás, el Diablo, la serpiente
antigua, el Dragón que aterrorizó el Imperio del Paraíso de Dios en Dos Guerras
Universales antes de la Creación de nuestro Mundo, ellos, los Reformadores y
sus príncipes, iban a conseguir echar abajo el Templo Vivo del Espíritu Santo
de donde se expandió hacia todas las naciones de la Tierra el Nombre del Hijo
Unigénito y Primogénito de Dios: Jesucristo.
67. Si alguno desea discutir conmigo
acerca de los intereses sobre el préstamo, el diezmo, los niños sin bautizar o
la Confirmación, me ofrezco gustoso a dar respuesta. Pero que nadie intente
discutir conmigo esgrimiendo argumentos sofísticos o aduciendo charlatanerías
humanas, sino que de antemano reconozca la Sagrada Escritura por único juez, a
fin de que se encuentre la verdad o se mantenga en pie, si, como espero, ya ha
sido hallada. Amén. ¡Que Dios sea con nosotros! Amén.
Jesucristo
es el MAESTRO UNIVERSAL de todos los hijos de Dios. ¿Acaso discutió ÉL con
Satanás?
Sus
Discípulos en el Espíritu de inteligencia, formados a su Imagen y Semejanza, no
discutimos con los siervos de Satanás.
CONCLUSIÓN
El que
quiera salvarse, que se arrepienta y haga Confesión y Penitencia, pues para
esto ha dado Dios a conocer su Voluntad de unificación de todas las iglesias,
para que todas las iglesias hagan Confesión y Obedeciendo a Dios corran y
dejando atrás las doctrinas con las que fueron engañados por el Diablo, a quien
acogieron como Maestro y Señor, se hagan una sola cosa con la Iglesia Católica,
Tronco del Árbol de la Vida, cuyo fruto es la Fe de Jesucristo, cuya Doctrina
se reduce a un único Principio: “Ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo
como a ti mismo”. Porque el que Odia al prójimo no ama a Dios, y quien no ama a
Dios no entrará en el Paraíso.
El que
se quiera exponer al Juicio del Todopoderoso Hijo Unigénito de Dios, que se
exponga. Pero recuerde la Doctrina de Dios:
“Señor
hicimos en tu nombre muchos milagros”.
La
Respuesta fue:
“Apartaos
de mí, hacedores de maldad, iros al Infierno con el Diablo”
El que
ama a Dios, ama a su prójimo. Y el Odio es lo contrario al Amor.
Dios es
Amor, pero también es un Fuego que en su Celo por su Creación devora todo lo que se
acerca para destruirla.
NO hay
Salvación para las iglesias fuera de la Obediencia a la Voluntad Unificadora de
Dios. Las “vírgenes” que no sean halladas dentro de la Casa del Esposo,
sirviendo a la Esposa del Señor, no entrarán en el Paraíso de Dios.
CRY&S
10/11/2020
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